miércoles, 23 de junio de 2010


Metamorfosis: Paula Vázquez

Paula se mira en un voluptuoso y extraño espejo colgado en la pared de su estética, toma asiento en su sillón de cuero acojinado; con su pantalón negro apretado y la blusa escocesa que deja ver entreabierta la línea prominente de sus pechos.

Alta, delgada, con caderas como montañas inclinadas, cabello largo, ojos rasgados y muy bien delineados, cejas esculpidas, labios semigruesos acorazonados; Paula ahora es otra persona confiesa:

“Desde los 13 años ya me vestía de niña, ya no era el niño de la casa, mi cuerpo tomó el cuerpo de una señorita”

Jorge Manuel Vázquez Vázquez es su nombre de nacimiento, creció con una familia rodeado de 11 hermanos, donde siempre tuvo el apoyo de sus padres; aunque fue un momento inesperado para todos nunca le prohibieron nada.

“Al principio me sentía extraña porque aunque mis papás me apoyaron en todo momento los que no lo asimilaban eran mis hermanos; cuando llegaban sus amigos a mi casa me escondía, lo hacía por ellos porque yo sentía que les daba pena que me vieran”.

Paula Vázquez Vázquez como ahora se llama es estilista profesional, fue Reyna de belleza gay” cuando tenía 22 años; participar en ese evento la catalogó como uno de los mejores travestis, y esto le dejó una gran experiencia que marcó el inicio de lo que ahora es.

-¿Cómo fue la transformación de Jorge a Paula?

-Desde los 13 años empecé a tomar hormonas por eso no desarrollé una espalda voluptuosa, me fue creciendo un cuerpo como el de una mujer y en la secundaría ya tenía cuerpo de niña. Y A los 15 años era todo una señorita con el cuerpo estético de mujer.

La infancia de Jorge Vázquez fue muy tranquila, desde niño fue muy estético. Proviene de una familia muy delgada y vanidosa; sus papás lo cuidaban mucho, nunca lo golpearon ni lo obligaron a hacer lo que no quería; pero en la escuela sufría burlas por sus compañeros.

“En la escuela habían chicos que me querían golpear, me hacían burla simplemente porque tenía la apariencia de niña y lo que hacía era aplastarme las poquitas bubis que tenía para que no me molestaran”.

-¿Cómo te diste cuenta de que esto querías?

-Desde que me empezaron a gustar los niños, como a los 13 años, jamás tuve novia y ni me llamaban la atención.

¿Cómo se dieron cuenta tus papás?

Ellos se dieron cuenta cuando tenía 8 años, porque no me inclinaba por los juguetes de niños, no me gustaron los deportes que jugaban mis hermanos, me iba a jugar con mis sobrinas, mis papás nunca me impidieron nada, desde ahí ya no me dejaban salir en la noche a jugar con los niños por temor a que me fueran hacer daño.

Las personas le preguntaban a sus papás si era su hija, si de dónde había llegado, la incomodidad de sus hermanos era más intensa, pero al final aceptaron las preferencias de Paula, porque ella comenzó una relación que duró 10 años, pero todo terminó cuando tuvo que irse a vivir a Monterrey para especializarse en lo que deseaba, ser estilista profesional.

-¿Qué tipo de agresiones has pasado?

-Las mujeres son las que más me atacan con insultos feos muy vulgares ¡qué le ves a ese pinche manpo!, porque muchas veces sus novios me ven que estoy bien arreglada y piensan que soy yo la que los provoca.

“Los hombres me dicen piropos como mi amor, mi vida mi cielo, te amo, preciosura, y no falta el tipo que te grita cosas obscenas, mamita que buenota estás, sólo me sonrío y continúo con mis actividades”.

Reclina la mano en el sillón de cuero, se toca el cabello, me ve con esos ojos ardientes que inspiran miedo, ve su reloj; y constantemente se mira al espejo grandote que abarca una pared completa y sonríe sigilosamente; “¿es todo? No vas a tomarme una foto?”.


0 comentarios:

Publicar un comentario